«Soy muy vergonzosa. Tengo casi 50 años y sigo siendo tan vergonzosa como de niña. Tras estar dos años en paro, acabo de conseguir un trabajo y cada vez que tengo que hablar con mi encargado lo pasa fatal, me pongo roja y enseguida la gente se da cuenta. Y, como me lo dicen, me pongo ademas nerviosa. Ya no sé qué hacer».
Olga (Huesca)
Lo mejor que puedes hacer es romper este círculo vicioso, empezando por el final muestra desde el principio aquello que tanto temes que los demás descubran. Deja claro a tu jefe que eres una persona vergonzosa y que te pones nerviosa. De esta manera, a nadie, ni siquiera a ti misma, le llamará la atención. Verás como poco a poco irás perdiendo el miedo a que te ocurra y ganarás en seguridad.