Cuida tu mente

Terapia de la gratitud

Un sencillo ‘gracias’ aumenta nuestro bienestar de manera inmediata, nos hace más felices y nos carga de energía para ser mejores personas y hacer cosas por los demás.

La gratitud es, según la Real Academia de la Lengua Española, «un sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera». Algo que forma parte inherente de los seres humanos y a lo que damos demasiada poca importancia, cuando en realidad se podría decir que tiene superpoderes. Y es que ser agradecidos va mucho más allá de una mera norma de educación, aunque a menudo lo veamos solo así, ya que un simple y sencillo «gracias» tiene grandes beneficios para nuestro bienestar personal y emocional, nos hace más felices y nos proporciona una fantástica dosis de energía para ser mejores personas y hacer cosas buenas por los demás. Siempre y cuando, claro está, la gratitud sea sincera. Es decir, cuando esas ‘gracias’ se den o reciban de corazón.

Dar gracias y valorar la vida

Todos tenemos motivos para estar y ser agradecidos, incluso cuando nos encontramos en etapas oscuras y duras de nuestra existencia. Para descubrirlas, basta con pararse a reflexionar detenidamente, sobre nosotros mismos y sobre todo lo positivo que hay en nosotros y que nos rodea. Todo aquello que merece un ‘gracias’, empezando por la propia vida. Ser conscientes de que cada día es el mejor regalo que nos podrían hacer es la mejor manera de comenzar a poner en práctica la gratitud, ya que ese es el primer paso para darse cuenta de todas las pequeñas cosas por las que hay que estar agradecidos. Desde aquellas personas que nos quieren y los gestos bonitos que tienen con nosotros hasta las sonrisas que nos dedican o las plantas que comienzan a florecer. Con frecuencia nos centramos en lo negativo y en aquello que despreciamos o nos disgusta, olvidando lo que nos provoca emociones y sentimientos contrarios. Y eso no solo es muy injusto, sino que a la larga resulta perjudicial para nuestra propia salud mental.

Para comenzar a potenciar la gratitud, es recomendable apuntar en un cuaderno todos los motivos que tenemos para ser agradecidos y, a continuación, expresar ese sentimiento a las personas que siempre se portan bien con nosotros y nos hacen sentir mejor. No hay mejor ‘gracias’ que el que se comparte con amor.

El poder de la gratitud

Además de mejorar nuestro bienestar psicológico y emocional, la gratitud también tiene mucho que ver con la salud física. Concretamente, con la cardiovascular. Cuando somos agradecidos, nuestros niveles de ansiedad se reducen notablemente, con todo lo que esto conlleva para nuestro organismo. Entre otras cosas, provoca que estemos más relajados y que nuestra tensión arterial no se dispare, lo que tiene efectos muy beneficiosos para el corazón. Una investigación llevada a cabo por el doctor Paul J. Mills en la Universidad de Califomia concluyo que la gratitud también mejoraba la calidad del sueño y disminuía el riesgo de padecer enfermedades como la depresión.

Deja un comentario

DISEÑO WEB GrupoUnetcom