«Siempre me han producido mucho nerviosismo los espacios pequeños, aunque podía sobrellevarlo. Pero, desde hace unos años, este temor se me ha ido acentuando hasta el punto de que lo paso fatal en trenes y autobuses. En cuanto empiezo a bajar las escaleras para acceder a una estación, comienzo a sudar e incluso siento nauseas. Esto me afecta mucho en mi vida diaria porque, entre otras cosas, necesito estos medios de transporte para ir a trabajar». Marisol (Bilbao)
Lo que te ocurre se conoce como ‘claustrofobia’ y suele desarrollarse después de haber vivido un episodio traumático de estas características que nuestra mente rememora. Trata de recordar si en algún momento de tu vida te ocurrió algo que haya desembocado en este trastorno. A veces también existe una predisposición genética o incluso algun problema fisico. En cualquiera de los casos prueba a ir haciéndole frente poco a poco. Trata de ir acompañada y de evadirte mientras viajas leyendo o escuchando música, por ejemplo. De esta manera conseguirás ir quitándote el miedo y tus síntomas de ansiedad desaparecerán. `