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GUIA PARA PASAR DEL RENCOR AL PERDON

«Perdono, pero no olvido».

Esta es una de las frases que a veces se pronuncian después de sentir una traición. Sin embargo, pese a que son habituales, esas palabras están llenas de toxicidad porque implican la intención de guardar resentimiento y negarse a pasar una página que se queda abierta y que se convierte en un obstáculo para seguir avanzando en la vida.

Al final se trata de un sentimiento que esconde que no se ha podido superar el engaño 0 la traición y que realmente tampoco se perdona.

Por eso, en este tipo de situaciones es necesario tomar A muchas personas les cuesta perdonar porque creen que eso implica dar la razón. Pero lo que de verdad esconde ese gesto es liberarse del dolor.

Para conseguir este objetivo, es muy importante que se perdone de manera sincera y que se deje atrás ese rencor que tanto daño ha hecho. Las riendas y conseguir dejar atrás el rencor que invade en momentos puntuales, ya que solo así se puede llegar a soltar el dolor que se ha generado.

Es normal que a un corazón herido le cueste perdonar y volver a latir como lo hacía antes. De hecho, la opción de admitir el perdón no es inmediata, aunque parta de una decisión propia.

Llegar a esta determinación requiere un proceso de adaptación y, como tal, puede llegar a quedarse enquistado si no nos esforzamos lo suficiente. Para empezar, hay que ser consciente de que no se puede cambiar la realidad, es decir, el hecho objetivo que ha ocurrido. Lo que si se puede transformar es la percepción que se tiene de este y tener en cuenta una serie de recomendaciones que pueden llevar directamente hacia el perdón para seguir hacia delante y dejar atrás el dolor:

El primer paso es reconocer y aceptar que hay actitudes de los demás que hacen daño y, cuando se decide perdonar, no es por el otro, sino por uno mismo porque acumular ese dolor solo afecta de forma negativa. Es indispensable liberar los sentimientos, pero antes hay que aclarar las ideas y pensar muy bien lo que se dirá. Cuando alguien se siente traicionado, salen a la luz fallos que son juzgados. Pero es importante hacer un autoanálisis para saber si uno mismo hubiera actuado también así.

El perdón no es un acto que sucede de un día para otro. Es un proceso que lleva su tiempo y este depende de cada persona.

A muchas personas les cuesta perdonar porque creen que eso implica dar la razón. Pero lo que de verdad esconde ese gesto es liberarse del dolor.
Para conseguir este objetivo, es muy importante que se perdone de manera sincera y que se deje atrás ese rencor que tanto daño ha hecho.

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